P. N. de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici

50 La PreVeNcióN Para evitar o intentar minimizar el riesgo natural, la solución son los estudios geológicos especiali­ zados para determinar las zonas de mayor índice de peligrosidad y actuar, ya sea con infraestructu- ras o bien con una buena planificación del territo- rio, evitando el asiento humano en zonas peligro- sas. Por ejemplo, en Suiza, en el año 1991, en la valle de Zermat se detectó una zona de alto riesgo. Se controlaron de una manera detallada todos los movimientos de las laderas y cuando se vio que el peligro era inminente, se desalojó a la población. Cuando se produjo el deslizamiento, éste fue de tal magnitud que llegó a obstruir el río, pero no afectó a ninguna vivienda ni persona. Por el contrario, en el caso del camping de Biescas, a pesar de estar en una zona conocida como de alto riesgo, no se llevó a cabo ninguna actuación de prevención que hubiera evitado tantos daños. Un estudio del equi- po de RISKCAT pone de manifiesto que, en Cataluña, de los 488 municipios que tienen obliga- ción de tener un plan de emergencia para combatir inundaciones, sólo lo tiene el 20 %. cLiMa y GraVedad: PeLiGrO La incidencia de las condiciones climáticas y la fuerza de la gravedad , especialmente en la monta- ña, favorece el desarrollo de fenómenos de inesta­ bilidades de laderas con un alto grado de peligro- sidad. Según el tipo de substrato y la cantidad de agua presente, los movimientos de laderas pueden ser rápidos (incluso más de 200 km/h) o muy len- tos. Por ejemplo la solifluxión de suelos es de movimiento muy lento, pero una colada de barro puede desarrollares rápidamente y alcanzar gran- des velocidades. Uno de los desastres naturales eL reLieVe eN cONstaNte caMbiO Aunque parece que de momento ya han terminado las glaciaciones y la Pequeña Edad de Hielo, los procesos externos continúan actuando, de una manera diferente, pero sin cesar. El clima de alta montaña es especialmente activo debido al hielo, la nieve y las lluvias torrenciales. El hielo actúa como cuña que fragmenta las rocas y también en la movi- lidad de los suelos. La nieve actúa destructivamente en forma de aludes y por la acción de la escorrentía de las aguas de fusión. Y Las lluvias torrenciales tienen un alto poder erosivo y producen inestabilida- des en las laderas e inundaciones. Todos estos pro- cesos pueden ocasionar fenómenos catastróficos que pueden llegar a ser muy graves. El impacto a nivel mundial de los desastres naturales es muy grave, ya que cada año afecta a miles de personas produciendo víctimas y pérdidas millonarias. eL riesGO NaturaL Para mitigar el impacto de las catástrofes natura- les hay que analizar el riesgo y evaluar su impacto. Los fenómenos naturales pueden tener un mayor o menor grado de peligrosidad (alud, deslizamiento, terremoto, etc.), pero lo importante es el grado de vulnerabilidad, es decir, la capacidad de afectar este fenómeno natural peligroso a la sociedad. Así pues, podemos definir el riesgo como el producto de la peligrosidad por la vulnerabilidad. Otro aspecto importante es que son fenómenos recurrentes, es decir, que se repiten en el tiempo. Por lo tanto, un dato muy importante es definir el período de retor- no, es decir el tiempo que puede pasar para que se repita el fenómeno. No es lo mismo un desastre natural que se repite mensualmente a uno que pueda pasar cada 100 años. En general, en las zonas de alta montaña hay nume- rosos peligros naturales. Como antiguamente había poca población el riesgo era menor. En cambio, la gran expansión actual de la población en zonas de turismo y el acceso masificado a deportes de invier- no implica un riesgo muy elevado. Lamentablemente, en los últimos años se han producido varios casos de desastres naturales en zonas de montaña, general- mente avenidas torrenciales, deslizamientos y alu- des. El caso más trágico y reciente es la avenida torrencial de 1996 en el camping de Biescas, con un resultado de 87 muertos. Otros ejemplos graves han sido la avenida torrencial de la Guingueta d’Àneu de 1982 y el alud de derrubios de Senet de 1963 (ver el Punto de Interés Geológico nº 5, pág. 201) y el desli- zamiento de Pont de Bar de 1982. desastres NaturaLes Avalancha de Yungay (Perú) en 1970, con 30.000 muertos (foto: Servicio Aerofotográfico Nacional del Perú).

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