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Durante el Mioceno superior-Plioceno las
condiciones de depósito reinantes, parecen
corresponder a los de la cuenca marina de
profundidad de media a grande, en la que se
depositaron potentes capas de margas. En las
zonas marginales se formaron áreas inestables,
que favorecieron el deslizamiento de masas de
materiales subbéticos hacia el fondo de la
cuenca. Estos sedimentos, que incluyen los
denominada "albarizas" se encuentran, en parte,
intercalados entre los materiales autóctonos del
Mioceno. Hacia el techo las margas (margas
azules), son cada vez más arenosas, lo que
indica que, la cuenca entró en un periodo
regresivo. Al final se produjo una emersión, con
erosión parcial del techo del tramo margoso,
sobre el que a continuación se depositaron
sedimentos costero-litorales (arenas basales).
En las zonas emergidas se generó una importante
red fluvial, así como un glacis (formación roja)
que llegó a ocupar una extensión
considerable.Posteriormente, entre finales del
Plioceno y principios del Cuaternario se produjo
una nueva transgresión marina, pero de mucha
menor envergadura que la del Mioceno superior.
Se instaló así un golfo en una zona que
prácticamente coincide con la ocupada por las
actuales marismas. De forma simultánea a esta
transgresión, probablemente, se inició el
crecimiento, en dirección SE de una barra
litoral arenosa que paulatinamente, cerró el
golfo, convirtiéndolo en una albufera. Esta se
rellenó, principalmente, con sucesivos aportes
fluviales, los cuales junto con algunas
interferencias de origen marino-costero,
contribuyeron a la colmatación final. Así, el
avance progresivo de las arenas pudo llegar a
cerrar, en muchos casos, las desembocaduras de
algunos arroyos y a dificultar o impedir el
drenaje, lo que originó ambientes lagunares
locales, en los que se pudieron dar las
condiciones precisas para la formación de
turba.En la actualidad en la costa se produce
una intensa removilización eólica, y en las
marismas una colmatación, a expensas,
fundamentalmente, de materiales detríticos
finos.
El análisis de la evolución de las playas
actuales, permite conocer el cambio reciente de
la línea de costa entre Mazagón y la
desembocadura del Guadalquivir. Así se puede
observar un avance entre Mazagón y la Torre del
Loro, y una retirada de la misma entre
Matalascañas y Sanlúcar de Barrameda, originando
en este último sector una serie de playas
colgadas que aumentan en número hacia la
desembocadura del Guadalquivir. |
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ENCUADRE GEOLÓGICO |
El Parque Nacional de Doñana se localiza,
íntegramente, en la subunidad acuífera Almonte-Marismas,
en el tercio meridional. La subunidad queda
limitada al norte por el afloramiento de las
margas azules que coincide, aproximadamente, con
la carretera Sevilla-Huelva, por el este por el
río Guadiamar, por el sur con el Guadalquivir y
por el oeste con el océano Atlántico.
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PLANO 1 |
Aproximadamente tiene la forma
de un triángulo rectángulo, cuya
hipotenusa coincidiría con la
costa, que presenta una
dirección NO-SE. (Plano 1) |
Está en la depresión del Guadalquivir.
Geológicamente está formado por depósitos
marinos del Neógeno y por otros de origen fluvio-marino
y eólico del Cuaternario. Todo el conjunto de
formaciones yacen, prácticamente, horizontales
al no haber sido afectadas por importantes
movimientos tectónicos. |
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ESTRATIGRAFÍA |
Las
principales características
estratigráficas y
sedimentológicas de las
formaciones que afloran son las
siguientes: |
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PLANO
GENERAL |
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Margas azules (Mioceno superior - Plioceno
inferior) |
Esta formación, que aflora en todo el borde
septentrional del área, es la base impermeable
del acuífero. Está constituida por margas de
facies típicamente marina con estratificación
masiva. Hacia el techo aparecen intercalaciones
de limos y de arenas. La potencia total es del
orden de 1.200 m.
El techo presenta una topografía suave, con
cotas descendentes hacia el sur. Al alcanzar la
zona de las marismas la pendiente del techo se
acentúa de forma acusada, de modo que en las
proximidades del Guadalquivir se encuentra, a
veces, a profundidades del orden de 250 m bajo
el nivel del mar. Esta última depresión se
prolonga hacia el norte en dos alargamientos,
uno bajo el arroyo de La Rocina y otro bajo el
río Guadiamar. |
Limos basales (Plioceno medio) |
La regresión producida a finales del Plioceno
inferior provocó un cambio en la sedimentación,
lo que ocasionó que se sedimentasen margas con
contenidos crecientes en arenas, o que incluso
continuase con una serie de limos arenosos
calizos. Como resultado se tiene una formación
poco homogénea, con zonas en las que predominan
las arenas sobre los limos y otras donde el
contenido arcilloso aumenta considerablemente.
En el recinto del parque Nacional de Doñana y en
las marismas esta formación no aflora. Según los
datos de sondeos, está constituida por
alternancia de capas arenosas y/o areniscosas y
lumaquelas de ostreas negras. Se observa que las
litofacies en esta zona son bastante diferentes
con respecto a las que presenta la formación en
los afloramientos situados al norte. |
Arenas basales (Pliocuaternario) |
Este tramo está constituido, fundamentalmente,
por arenas blanco-amarillentas o
amarillo-rojizas de granos de cuarzo y en menor
proporción de feldespatos y de fragmentos de
rocas metamórficas. Se superpone,
discordantemente, sobre los materiales del
Plioceno medio. Se observa a veces, entre ambas
formaciones, una costra ferruginosa-conglomerática.
En la zona costera presenta una potencia
comprendida entre 10 y 30 metros.El ambiente de
depósito de estas arenas corresponde a un medio
holomarino, con regresión posterior generalizada
y con dispersión fluvial e influencia eólica en
algunos sectores.
Las arenas basales constituyen el nivel acuífero
más importante, entre los que existen en el
área. Su importancia se debe a la permeabilidad
elevada que posee, como consecuencia del tamaño,
redondeamiento y homogeneidad del grano, y a la
gran extensión superficial que ocupa. |
Marismas |
Una importante extensión del Parque de Doñana
está situada sobre sedimentos cuaternarios de
marismas.Aunque la génesis de esta formación no
está suficientemente conocida, puede admitirse
que, durante el Cuaternario antiguo y medio, el
golfo marino existente en esta zona comenzó a
cerrarse parcialmente por la formación del
cordón litoral, dando lugar a una amplia
albufera que, progresivamente, se colmató con
sedimentos de origen continental.
Litológicamente se inicia con unos sedimentos
groseros de origen fluvio-marino, que subyacen a
los actuales de marisma. Se encuentran
directamente apoyados sobre los materiales más o
menos erosionados del Pliocuaternario.
Los datos de sondeos ponen de manifiesto la
existencia, en las marismas, de dos capas bien
individualizadas, con predominio de cantos
rodados y gravas. La más profunda se encuentra
entre los 90 y 150 metros de profundidad y tiene
una potencia comprendida entre 10 y 30 m. La más
superficial se sitúa entre los 50 y 80 m y su
potencia varía entre 5 y 30 m. Hacia los bordes,
las dos capas detríticas groseras se confunden
en una sola, con potencia del orden de los 10 m.
(Planos 5 y 6)
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PLANO 5
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PLANO 6 |
Entre las dos capas citadas, y también por
encima de la más superficial, aparecen niveles
arcillosos y arcillo-arenosos de coloraciones
grises y azuladas que contienen gran abundancia
de microfauna, típica de mares poco profundos y
aguas salinas.
A partir de estudios micropaleontológicos y de
microfacies de muestras tomadas en sondeos
perforados en las inmediaciones del Parque
Nacional de Doñana, se pueden establecer las
condiciones medioambientales en las que se
formaron las marismas, y que debieron ser las
siguientes: la sedimentación se produjo en un
medio de tipo marino muy litoral, con
influencias salobres o lacustres, sobre todo en
la parte más superficial. En la más profunda, en
la que existe abundancia de fósiles
resedimentados, gravas y arenas, los episodios
de origen fluvial pueden haber sido muy
importantes.
Durante el año 1981 el Centro de Estudios y
Experimentación del MOPU realizó algunas
dataciones de sedimentos de la zona de marismas
a partir de análisis isotópicos, llegando a la
conclusión de que los más superficiales (5 a 15
m) se depositaron entre los 4.000 y 7.500
últimos años, por lo que resulta para esta zona
una velocidad de sedimentación del orden de 1 a
2.5 mm al año. |
Playas, dunas actuales y barra costera |
Las playas están formadas principalmente por
arenas silíceas. Paralelamente a la línea de
costa, desde la desembocadura del río Tinto
hasta la del Guadalquivir, se extiende una serie
de dunas actuales que alcanzan su mayor grado de
desarrollo en el extremo meridional. En este
complejo se pueden distinguir a veces hasta
cuatro cordones dunares.
En los sectores de Torre del Loro y Médano del
Asperillo, se han diferenciado dos tramos
eólicos, que a su vez se pueden encontrar
separados de las arenas basales infrayacentes
por una capa de turba. Sin embargo, esta
separación, en los demás sectores, viene marcada
por una superficie en la que son abundantes los
óxidos de hierro. |
Terrazas, manto eólico, dunas antiguas,
formación roja, margas verdes y turbas |
Las terrazas están compuestas, generalmente, por
cantos de cuarcita, de esquistos y de pizarras,
arenas cuarcíticas y matriz limo-arenosa, y en
algunas ocasiones se han observado también
restos de margas. La potencia alcanza como
máximo 7 u 8 m.El manto eólico y las dunas
antiguas están constituidos, principalmente, por
arenas blancas. La potencia es muy variable,
pero como máximo llega a alcanzar los 3 m.
Proceden de antiguos trenes de dunas móviles
que, posteriormente, fueron degradados (manto
eólico), aunque en ciertos puntos se conserva,
todavía, la morfología dunar (dunas antiguas). La
formación roja es suprayacente y discordante a
las arenas basales. Está constituida por gravas,
arenas y conglomerados con cemento,
fundamentalmente ferruginoso. La litología varía
de unos puntos a otros, predominando, a veces,
las arenas y, en otras ocasiones, los
conglomerados cementados o las gravas sueltas.
Los granos son de cuarzo y, en menor proporción,
de fragmentos de roca metamórfica y de
feldespatos. La potencia es muy variable pasando
de pocos decímetros a 15 o 20 m. Las
características sedimentarias parecen indicar un
origen típicamente fluvial, a veces torrencial;
o bien, intermedio entre playa marina y eólico,
removilizado posteriormente por la acción de los
ríos. Entre las arenas basales y la formación
roja existe, veces, un nivel discontinuo,
escasamente representado, de unas margas
verdosas, muy plásticas, mezcladas con granos de
cuarzo. De los restos de microfósiles
encontrados se puede deducir que se depositaron
en un medio sedimentario claramente marino.
Localmente se encuentran algunas turberas
formadas, frecuentemente, por alternancias de
turba con arcillas y/o arenas negras. Los
espesores son variables pero pueden llegar a ser
hasta de unos 20 m, (turbera de Las Madres), y
su edad, probablemente, corresponde al Holoceno
medio. Tienen su origen en los ambientes
lagunares que se formaron en esta área. |
Aluviales |
Se trata de los sedimentos recientes depositados
en los lechos de los ríos y arroyos. Están
constituidos principalmente por conglomerados,
gravas, arenas y limos. Estos sedimentos, en la
zona más costera, suelen ser muy finos. |
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TECTÓNICA |
Los materiales descritos anteriormente forman
parte de una cobertera terciaria-cuaternaria que
no ha sufrido ninguna deformación importante,
salvo algunos basculamientos recientes de poco
interés para la hidrogeología de la zona. |
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