Parque Nacional de Garajonay e isla de La Gomera

145 ITINERARIO 3 C omo en todos los territorio, el agua subterránea esta controla- da por las características geoló- gicas del terreno. En una isla volcáni- ca, la permeabilidad de los materiales esta condicionada por su naturaleza, edad y fracturación. En La Gomera, el agua superficial sólo representa una cuarta parte de todos los recursos hídricos disponibles. Las precipitaciones, intensas e irregulares, se transforman mayoritariamente en la escorrentía superficial que circula por los cauces y que, si no se recoge en pequeñas presas, se pierde en el mar. Poca es el agua superficial que se in- filtra en una orografía tan abrupta. La infiltración se produce gracias a la llamada «lluvia horizontal o precipita- ción de niebla» que se genera en el centro de la isla sobre el bosque de laurisilva de Garajonay, y cae lentamente al suelo, donde se infiltra. Así se recargan los acuí- feros. ¿donde se almacena el agua subterránea? La meseta central de La Gomera esta for- mada por los basaltos horizontales pliocenos, que son bastante per- meables. El agua se infiltra por ellos hasta que llega a la base del apilamiento donde se encuentra con los ba- saltos miocenos bas- tante impermeables y donde se queda rete- nida. Así se forma el acuífero principal de la isla: el acuífero plio- ceno. El agua subterránea en La Gomera ¿cómo se mueve el agua subterránea en el acuífero plioceno? El agua fluye internamente por el acuí- fero plioceno entre niveles piroclásticos alterados y paleosuelos (almagres) pu- diendo seguir varias líneas de flujo para descargar hacia el mar. Dada la confi- guración de la isla, los flujos principa- les son radiales. Cuando llegan a los laterales de la meseta, en el contacto con los basaltos pliocenos, surgen una gran cantidad de nacientes, como Los Chorros de Epina, el de El Cedro, Gua- dá o Erque; muchos de ellos se produ- cen en los acuíferos colgados, como es el caso de Los Chorros de Epina. Los numerosos nacientes que se re- parten por la corona central de cum- bres, tienen su origen en la presen- cia de un multiacuífero colgado que devuelve a la superficie una fracción de las aguas infiltradas. Tras un corto recorrido subterráneo, la trayectoria descendente vertical se interrumpe por la presencia de numerosas capas impermeables citadas anteriormente, y el agua es obligada a seguir caminos horizontales hasta llegar al exterior. El acuífero del edificio mioceno Constituye el acuífero basal de la isla y los materiales son menos permeables que las coladas pliocenas. La zona de Enchereda, de dónde se obtiene la mayor parte del agua de abastecimiento de La Gomera, es donde se produce el máxi- mo de precipitación, tanto convencional como de niebla (Riscos de Juel). El agua subterránea en esta zona se encuentra a su paso con multitud de diques básicos verticales (ver el itinerario del barranco de La Laja, con sus taparuchas) que son más impermeables que las coladas de lava. Los diques, muchos de ellos de gran recorrido tanto vertical como horizontal, forman importantes pantallas que, si se orientan en una dirección paralela a la del flujo, canalizan el agua subterránea mientras que, si siguen una dirección perpendicular o transversal, lo obstaculi- zan y actúan como presas subterráneas.

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